Grammy Latinos en vivo: triunfos de Bad Bunny, Juan Luis Guerra y Camilo

Image

Christina Aguilera no creció hablando español. Nació en la ciudad de Nueva York; cuando tenía 6 años, su padre ecuatoriano se divorció de su madre, de ascendencia europea. Pero en 2000 Aguilera cantó en español en un álbum, Mi reflejo, compuesto de canciones traducidas de su primer álbum y algunas nuevas, convirtiéndose en un gran éxito en toda Latinoamérica. Ese año también actuó en la primera gala de los premios Grammy Latinos y se llevó la presea al Mejor álbum vocal pop femenino en 2001. El mes pasado lanzó un nuevo sencillo en español, “Pa mis muchachas”, en el que participan las argentinas Nathy Peluso y Nicki Nicole, además de Becky G, quien nació en California y es hija de padres mexicano-estadounidenses; está previsto que la acompañen para interpretar el tema. Se trata de una guaracha juguetona que halaga a las mujeres fuertes, intrépidas e insubordinadas, y aunque la canción no puede competir a un premio hasta el próximo año, ¿por qué esperar?

Rubén Blades, de 73 años, era una elección muy esperada para persona del año en los Grammy Latinos. Resulta que es el primer panameño en una lista que incluye a Shakira, Carlos Santana, Gloria Estefan, Juanes, Gilberto Gil, Caetano Veloso y Plácido Domingo. Desde la década de 1970, Blades ha aportado a la salsa innovación literaria y fusiones musicales, y ha infundido a sus canciones una ambición sociopolítica. También obtuvo una maestría en Derecho Internacional en la Escuela de Derecho de Harvard y ha establecido una amplia carrera como actor de cine y televisión. Tiene un montón de premios Grammy y Grammy Latinos. Además, sigue estableciendo conexiones, últimamente entre el jazz de la era del swing y sus fuentes afrocaribeñas, que no siempre son reconocidas. Blades actúa esta noche con Roberto Delgado & Orquesta, la gran banda panameña que lo acompañó en su álbum de 2021 Salswing!, que sigue haciendo que la historia sea cuestión de baile.

Esta versión rock en español de “No Tengo Dinero” se siente fresca y al mismo tiempo fiel al espíritu del original. ¡Y siempre es un placer ver a Juanes sacar sus raíces metaleras! La gente olvida cuánto lo moldeó su etapa en Ekhymosis.

Juanes y los Tacvbos le apuestan a la Beatlemanía. No son solo los trajes y el blanco y negro; ese escenario con las flechas se basa en el programa de Ed Sullivan, que causaba furor con las adolescentes de la década de 1960.

Vanessa, y los guantes de látex lavanda son *para chuparse los dedos*. Más tonos morados, por favor.

Han pasado más de cinco años desde la muerte de Juan Gabriel, el artista conocido como Juanga que fue, en efecto, el corazón musical de México. Su legado es inenarrable; su música ha sido un vehículo que generaciones han utilizado para dar sentido al amor, al luto, al desamor y a la angustia, proporcionando la banda sonora de quinceañeras, bodas y discotecas queer.

Esta noche, la estrella del pop colombiano Juanes se une a Rubén Albarrán y Meme del Real, del grupo de rock mexicano Café Tacvba, para interpretar uno de los éxitos más queridos de Juanga, “No tengo dinero”. Fue el primer sencillo de Juan Gabriel, una canción que marcó el tono de un artista que se convertiría en un héroe popular durante las siguientes cinco décadas.

La estrella colombiana Juanes, cuyas baladas pop-rock lanzaron su carrera a principios de los años 2000, alguna vez fue el vocalista de una banda de thrash metal, por lo que es probable que vaya bien con los miembros de la banda mexicana querida por todos. El álbum Re de Café Tacvba, definitorio para su carrera, replanteó los límites del rock en español cuando se lanzó en 1994, al mezclar el metal y el ska con estilos folclóricos mexicanos como el huapango, el norteño y la banda. Jon Pareles, del Times, lo calificó como “el equivalente al White Album de los Beatles para el movimiento del rock en español”.

Bad Bunny gana el premio al mejor álbum de música urbana y lleva… un traje fucsia completo. Yo solo digo.

Zoe Gotusso, la nueva artista nominada que se acaba de mostrar, actuó en vivo en el “estreno” de los Grammy Latinos, cuando se entregaron la mayoría de los premios: una delicada bossa nova en español. Espero que la academia la publique.

Cuando entrevisté a Sebastián Aracena, guitarrista de Mon Laferte y uno de sus productores, me contó que en el estudio tuvo que poner micrófonos a varias distancias de ella porque uno solo no era capaz de captar su rango dinámico. En esas dos canciones hay todos los extremos… y tampoco quisieras ser los hombres a quienes están dedicadas esas letras.

Quien haya decidido reunir a Gloria Trevi con Mon Laferte hizo una elección impecable. ¡Vivimos para esta teatralidad!

Jon, tenías razón: Mon Laferte ha tomado una dirección estilística muy diferente para su actuación —mucho más elaborada y decorativa, en dorado y negro— que su atuendo de alfombra roja, aunque su barriga sigue protagonista.

La industria de la música latina tiene un problema racial. Durante décadas, los artistas más blancos y de piel más clara han dominado el negocio, haciendo eco del arraigado colorismo que impregna la televisión, el cine y otras industrias del entretenimiento. (Véase: la adaptación cinematográfica de En el barrio el pasado verano). Los Grammy Latinos no están exentos; solo hay siete artistas latinos negros programados para subir al escenario de la ceremonia de premios televisada el jueves por la noche, de un total de 46 actos anunciados.

En los últimos dos años, los debates sobre la falta de representación de los negros latinos en la música pop en español se han centrado en el reguetón, un estilo afrodiaspórico con raíces en Puerto Rico, Nueva York y Panamá. Sus primeros intérpretes eran mayoritariamente latinos negros pero, conforme el género ha sido acogido por el pop, sus artífices han quedado en gran medida relegados.

Camilo parece haberse vuelto a poner los zapatos para recibir mejor álbum vocal pop (estaba descalzo durante su actuación), lo cual también creo que es una victoria para todos los que estamos viendo el espectáculo.

Es un verdadero placer que Anthony Santos actúe esta noche, incluso como invitado de Ozuna. El mayimbe es un antepasado de la bachata, un género dominicano negro nacido en el campo que antes era difamado y discriminado por la élite como música de fiesta de clase baja. Nuevos artistas de bachata como Romeo Santos han estado en el escenario de los Latin Grammy muchas veces antes, pero tener un originador del género hace que se sienta como que al fin recibe sus honores.

Yo diría que el flamenco con autotune es menos que la suma de sus partes. Esperaba más de la gigantesca lista de invitados de C. Tangana que solo cantar y dar palmas.

Con su interpretación de “Ingobernable”, parece que C. Tangana está recreando su actuación en NPR Tiny Desk que se volvió viral a principios de este año.

Ozuna, el prolífico cantautor puertorriqueño que está nominado a dos premios, se presenta como un amante que también puede ser un luchador. “Caramelo”, candidata a Mejor interpretación de reguetón, saborea la dulzura y el calor de una mujer atractiva; es de su álbum ENOC, de 2020, que está nominado como Mejor állbum urbano. ENOC abre con “Enemigos ocultos”, un tema de pandilla repleto de amenazas con pistolas pero, durante la mayor parte del disco, Ozuna ofrece placeres sudorosos: bailes, insinuaciones, citas secretas, reencuentros en el dormitorio. Y aunque le ha ido bien cantando reguetón y canciones de trap latino, desde ENOC Ozuna ha estado llevando su música hacia diferentes géneros. A principios de este mes, lanzó una bachata de estilo dominicano, “Señor juez”, un dúo con un importante innovador de la bachata, Anthony Santos. Está mirando al futuro.

C. Tangana —cuyo nombre de pila es Antón Álvarez Alfaro— rompió los confines de género de la música urbana en su álbum de 2021 El madrileño. Con un recorrido por la música de generaciones pasadas y un surtido transcontinental de colaboradores, el álbum insiste en que la música de España no debe estar aislada ni ser elitista. Para reivindicar la tradición española, cuenta con guitarristas y cantantes flamencos de primera fila: Antonio Carmona, Diego del Morao, Israel Fernández, La Húngara. Y de América cuenta con el cantautor uruguayo Jorge Drexler, la mexicana Natalia Lafourcade y el mexicano-estadounidense Omar Apollo, cuyo dúo con Tangana, la balada de desamor “Te olvidaste”, está nominado en la categoría de Grabación del año. Su segmento promete abarcar mucho terreno estilístico.

[Grammy Latinos 2021: Haz clic aquí para ver la cobertura en vivo.]

De todas las canciones que Myke Towers pudo haber elegido, “Pin Pin” es una sorpresa. Por un lado, era una oportunidad para llevar al escenario una banda de salsa en vivo para tocar el gancho sampleado de “Periquito Pin Pin” de Tommy Olivencia. Por otro lado, es una canción sobre el tráfico de drogas como supervivencia: “perico” es jerga para referirse a la cocaína, algo bastante atrevido para esta primera hora de la noche.

Para quienes han seguido su evolución, el ascenso del rapero Myke Towers en la industria de la música latina podría parecer improbable. Towers surgió de una nueva generación de trap puertorriqueño que se ha ido gestando en la isla desde mediados de la década de 2010. Pero con el paso de los años, demostró sus ambiciones más allá de los confines de su entorno local, convirtiéndose en un socio creativo para muchas estrellas del pop anodino que buscan sobresalir, como Becky G y Sebastián Yatra. Aunque sus obras han puesto de relieve su amor por la melodía y los coros nostálgicos, no ha perdido de vista sus raíces de hip-hop: Towers tiene facilidad tanto para los melosos contoneos del pop-reguetón como para rapear como un maestro.

Está nominado a tres premios este año: mejor canción urbana y mejor canción de reguetón por “La curiosidad”, y mejor álbum de música urbana por Lyke Mike.

¿Es muy pronto para declarar que el fucsia es el color de la noche?

Es tremendamente sano como para intentar perrear, estoy de acuerdo. Ah, y aviso para los intérpretes: no se consigue que la audiencia participe cuando el público es gente del negocio de la música.

Camilo, de apellido Echeverry, el cantante y compositor colombiano de gran bigote, tiene diez nominaciones en los Grammy Latinos; son tantas que, en dos de las principales categorías, Grabación y Canción del año, está nominado dos veces. Esto se debe a que ha colaborado con varios artistas, ayudando a escribir un tema para su suegro, Ricardo Montaner, y colándose en la categoría regional mexicana con “Tuyo y mío”, una canción que escribió y grabó con un destacado grupo norteño, Los Dos Carnales.

[Grammy Latinos 2021: Haz clic aquí para ver la cobertura en vivo.]

También se debe a que Camilo tiene un don para los estribillos pop sucintos y es completa y encantadoramente sano, un contrapeso a la fanfarronería y a la chabacanería de algunos representantes del reguetón y el género urbano. Camilo canta sobre el amor verdadero y agradecido y las expectativas modestas; “Vida de rico”, nominada a grabación y canción del año, ofrece besos y cerveza en lugar de diamantes y champán. ¿Será recompensada su sutileza?

Que Camilo intente perrear es injusto.

Ese segmento de Grupo Firme fue como un romance en un time lapse. Comenzó con “Me gustas”, un coqueteo, seguido de “Ya supérame”, que es una despedida bastante brutal, especialmente con toda esa potencia de vientos.

Hay algo un poco… sos-pez-choso en el atuendo de Camilo.

El popurrí también encarnó el objetivo de los Latin Grammy de presentar música latina, que la academia define ampliamente como música en español, portugués y lenguas indígenas de América Latina, como un frente unido. Para Estefan, que ha trabajado con compositores de todo el hemisferio, eso significa fusión musical. “Abriendo Puertas” es del compositor colombiano Kike Santander, mientras que las otras dos canciones trajeron ritmos e intérpretes brasileños como Giulia Be (nominada a mejor nuevo artista), Anitta, y el titán de la música brasileña, Carlinhos Brown, autor de “Magalenha”.

Me encanta el espacio que le están dando al regional mexicano en el programa de esta noche. Hay al menos tres actuaciones de banda / regional mexicano programadas. Se siente como algo especial en una entrega de premios que históricamente ha presentado música caribeña en las actuaciones.

Ese popurrí de apertura logró muy bien un trabajo bastante pesado. Para empezar, trajo de vuelta a la duraderamente agradable y otra vez galardonada de este año (mejor álbum tropical contemporáneo) Gloria Estefan; luego, al estilo Grammy, la rodeó de invitados. Su primera canción, “Abriendo puertas”, marcó el tono de esperanza — “Y vamos abriendo puertas y vamos cerrando heridas” — que el show ha tomado como tema.

Jon, este es un momento muy importante para Boza, quien, junto con Sech, ha estado liderando a una nueva generación de artistas panameños. Hay tantos músicos del istmo que se han quedado atrás en el relato de la historia del reguetón que esto se siente especialmente trascendental.

Me alegra que le den a los nominados a mejor nuevo artista la oportunidad de tocar canciones completas, incluso si es antes del horario de máxima audiencia.

Desde 2009, Selena Gomez ha publicado tres álbumes con la banda The Scene y tres discos de estudio como solista. En marzo, hizo algo que no había hecho antes: lanzó su primer disco en español: Revelación.

En septiembre, fue nominada a su primer Grammy: el Grammy Latino al mejor video musical de corta duración por “De una vez”, que fue lanzado en enero como su primer sencillo en español.

En efecto, Vanessa. Y nunca se sabe qué tipo de declaración visual extravagante irá acompañada de algo completamente sincero.

Jon, ¿es esta combinación de estilo y fondo lo que en parte distingue a esta entrega de premios?

Vanessa, el brillo de Yotuel trae intenciones serias. “Patria y vida”, que ya ganó el premio a la mejor canción urbana y está contendiendo para canción del año, es una protesta directa y furiosa contra las condiciones en Cuba a seis décadas de la revolución.

Aún no hay señal de Bad Bunny… basta con decir que estoy haciéndole guardia a Benito, esperando pacientemente el sofisticado atuendo que merecemos.

Ya ha sido una tarde victoriosa (en Las Vegas) para Camilo, de Colombia, y C. Tangana, de España. Cada uno ha dominado hasta ahora las múltiples categorías en las que fueron nominados; pero aún tienen que enfrentarse.

En el caso de Camilo, los triunfos incluyen la mejor canción pop para “Vida de rico”, que él mismo calificó en su discurso como “una exploración de quién soy, de mi raíz” y mejor fusión/interpretación urbana por “Tatoo (Remix)”, con Rauw Alejandro. Su productor, Edgar Barrera, fue nombrado productor del año.

Creo que Yotuel y su capa ganan el premio Grammy Latino “Los Vengadores”.

Isabelia y Jon, también es poco común, especialmente en la alfombra roja: usar tu cuerpo sin arrepentimientos para afirmar la feminidad y a la vez expresar una posición política. Desearía que más artistas sigan su ejemplo y aprovechen ese momento en que los ojos del mundo están puestos en su imagen para provocar una conversación.

Y enhorabuena a Mon Laferte por ganar el premio al mejor disco de cantautora que, como ella señaló, muy pocas veces es otorgado a una mujer.

¡Mon Laferte siempre ha puesto muy alto el listón de la alfombra roja de los Grammy Latinos! Vanessa, no estaba segura de que pudiera superar su look de 2019, cuando expuso sus pechos en apoyo de las protestas antigubernamentales en Chile. El mensaje decía: “En Chile torturan, violan y matan”. El vientre embarazado expuesto de este año también es deliciosamente subversivo.

Y la alfombra roja está en pleno movimiento. Sé que el tema de esta noche es “Redescubrir la vida a través de la música”, pero creo que también puede que estemos redescubriendo la vida a través de la moda. Es decir, hay algo genuinamente estimulante en esos volantes rosa pastel de Roselyn Sánchez, en el esmoquin azul océano de tres piezas del presentador Carlos Rivera, con un chaleco que parece que apenas puede contener su pecho, y el traje de Mon Laferte específicamente diseñado para enmarcar su vientre embarazado. Bueno, eso no es solamente redescubrir la vida, es literalmente celebrar la vida. Es la vida en tu cara. Lo aprecio.

Los ganadores de todas las categorías de los Grammy Latinos, excepto nueve, fueron anunciados en una gala previa al evento televisado, y Camilo se encuentra a la cabeza de los artistas más nominados, con tres victorias. (Aún es candidato a grabación del año, álbum del año, canción del año y mejor álbum vocal pop, que se entregarán durante la ceremonia principal). Edgar Barrera y Alizz también tienen tres victorias cada uno, seguido por cuatro artistas con dos trofeos cada uno: Juan Luis Guerra, C. Tangana, Jorge Drexler y Vicentico.

La cantautora chilena Mon Laferte, cuyo álbum Seis ganó el Grammy Latino para mejor álbum de cantautora y quien actuará durante el espectáculo, dispone de una voz para cada pasión. Es capaz de abordar lo personal y lo político, arrullar una balada romántica o encabezar un ataque de rock duro. Su voz logra provocar, morder, susurrar, canturrear, rechinar o alzarse como el alarido de una banshee. Puede ir directo al corazón y lo hace.

En América Latina, Laferte, de 38 años, ha construido una carrera que comenzó en 2003 con covers de canciones pop, se mudó al rock duro y desde entonces ha abarcado el rockabilly, la salsa, el bolero, la ranchera y la psicodelia solo para empezar. A menudo actúa con vestidos formales de estilo vintage con una flor en el cabello mientras sus hombros desnudos dejan ver sus tatuajes.

Los Grammy Latinos son, por mucho, mi gala de premios favorita. La ceremonia de entrega está repleta de música en vivo. Tienen la ropa más llamativa, los pasos de baile más sinuosos, los ritmos más vitales. Casi todos los intérpretes son grandes virtuosos, que tocan una música que a menudo tiene ecos de tradición y que ha sido bien probada en giras. Además, el tipo de colaboraciones entre épocas que pueden parecer tan forzadas en el escenario de los Grammy resultan más naturales en los Grammy Latinos, al reflejar una serie de culturas musicales que saborean la continuidad entre generaciones.

Al igual que todas las galas de premios musicales, los Grammy Latinos se esfuerzan por mantenerse al día, categorizar y representar una forma de arte en constante cambio. Se han quedado rezagados, en particular, en lo que respecta el reguetón y el género urbano, que han sido a la vez disrupciones y triunfos para los artistas de habla hispana. También tienen que alinearse con los imperativos de su hogar frecuente, Las Vegas, y con su cadena de televisión, Univisión.

Sin embargo, a pesar de algunas polémicas bien merecidas entre bastidores —ya llegaremos a eso—, los Grammy Latinos se presentan como la inusual ceremonia de entrega de premios que sigue siendo divertida. Son menos serios y dispersos que los Grammy, menos burdos y desesperados por la viralidad que los MTV Video Music Awards, menos saturados que los Brits, menos absolutistas que los Emmys y mucho menos pretenciosos que los Premios de la Academia. Independientemente de que tomen o no las decisiones correctas —¿y qué programa de premios lo hace?— los Grammy Latinos suelen ser una gran fiesta.

En noviembre del año pasado, en los Grammy Latinos, la cantante puertorriqueña Raquel Sofía interpretó “Amor en cuarentena”. “Y cuando me entre el miedo esta noche. Dime si este mundo ya se va a acabar”, cantó en español, tocando su guitarra. “Dime que mañana siempre vas a estar aquí”.

Este año, gran parte del mundo ya salió de la cuarentena, pero los Grammy Latinos mantienen las mismas pautas de producción que en 2020. Eso significa que el equipo, el personal, los artistas y los presentadores deben usar cubrebocas en todo momento durante los ensayos, y los integrantes del equipo deben realizarse un hisopado para una prueba de PCR un día antes de ingresar en el recinto. (Los artistas en el escenario pueden quitarse el cubrebocas justo antes de salir en directo o de grabar segmentos pregrabados).

“¡Yo estoy feliz!”, proclamó Roselyn Sánchez en un video de Instagram, contoneándose y agitando sus brazos llenos de brazaletes de oro.

Sánchez, una puertorriqueña versátil, celebraba así el anuncio de su regreso como presentadora de los Grammy Latinos por quinta vez. (La última vez que desempeñó ese papel fue en 2019).